Una persona de corazón amplio es feliz;
pues vive cada día con espíritu grande y generoso.
Una persona de voluntad firme es feliz;
pues disfruta de la vida con convicción,
sin dejarse vencer por el dolor.
Una persona de espíritu profundo es feliz;
pues saborea lo más insondable de la vida,
y crea significado y valor imperecedero.
Una persona de mente pura es feliz;
pues siempre disfruta de frescas brisas de alegría.
Daisaku Ikeda