domingo, 19 de septiembre de 2010

Cambio de paradigma.-




Da igual el nombre, o denominación que se le de al sistema.

Todos coinciden en lo esencial, comparten sus males y sus corruptelas.

Si el sistema no funciona, habrá de cambiarse.

El fenómeno de la globalización ha supuesto el inverso de lo que realmente debia producir: la redistribución equitativa de la riqueza mundial.

Los sistemas económicos, implantados, no son equitativos; son cíclicos, basados en la producción, no tienen en cuenta el factor humano, producen desigualdades y marginalidad.

Los sistemas educativos no están pensando en el progreso y la evolución, están diseñados por y para el sistema.

La solución no es baladí, y ha de ser global.

Sólo un cauce es posible, la colectividad de conciencia.

Realmente son unas minorías la que se benefician de los sistemas actuales, las autodenominadas élites, con sus séquitos de avestruces.

El silencio no significa vacio, sólo ausencia, y la ausencia es temporal.