viernes, 18 de septiembre de 2009

J.F. KENNEDY.- El último demócrata

















John Fitzgerald Kennedy

29 de mayo de 1917 - 22 de noviembre de 1963



En 1960 se convirtió en el tercer presidente más joven de su país, después de Theodore Roosevelt.

Ejerció como presidente de los EEUU desde 1961 hasta su asesinato en 1963 consecuencia de una trama oculta de intereses, que ya habia denunciado en su discurso a la prensa de 27 de abril de 1961.

Su asesinato, fué un encubierto golpe de Estado a la democracia.

Kennedy abogaba por la desmilitarización, dió por terminadas las frias relaciones con la URSS, y con ello con la Guerra Fria.

Decisiones éstas, que no gustaron a los promotores de la industria armamentística.

El presidente Eisenhower, en su discurso de despedida en la Casa Blanca, dijo:

“Dios ayude a este país cuándo quien ocupe mi lugar no sepa tanto de los militares como yo, cuídense del complejo militar industrial”.

http://www.youtube.com/watch?v=T-xEcChFC6I

Eisenhower vió cómo, por encima de su poder como presidente de los Estados Unidos, la guerra surgía como una poderosa industria y los ingresos empujados por los lobbies del Congreso se invertían en ella en vez de en las necesidades fundamentales del pueblo norteamericano.

Eisenhower dijo: “El costo de un bombardero moderno equivale a más de 30 modernas escuelas de ladrillos, de dos plantas eléctricas con capacidad para abastecer a 60 mil personas cada una, de dos hospitales totalmente equipados.

Pagamos por un solo avión de combate lo que pagaríamos por medio millón de fanegas de trigo, pagamos por un solo destructor lo que pagaríamos por nuevas viviendas que podrían haber alojado a ocho mil personas. Esto no es un estilo de vida.



Bajo la amenaza de una guerra la humanidad cuelga sobre una cruz de hierro".

A la salida de Eisenhower, se produjo la guerra de Vietnam. Un conflicto del que el entonces secretario de defensa, Robert MacNamara, dijo años después: “nos convertimos en verdaderos criminales”.

El senador William Fulbrigh, Presidente del Comité del Relaciones Exteriores del Senado, en su discurso pronunciado en 1967 en la convención de la AFL-CIO dijo:

“ La creciente militarización de la economía y las universidades están adaptándose a si mismas a las exigencias de una guerra continua, guerra total, guerra ilimitada y guerra fría, estamos convirtiéndonos en una sociedad militarizada”. El poderoso establecimiento militar permanente ha dado nacimiento a una vasta industria privada ligada a las fuerzas armadas”.

Kennedy luchó intensamente por el desarrollo y el respeto de los derechos civiles, por la libertad y por la democracia.

Con su asesinato, se puede decir que terminó la democracia en EE.UU, fué el último presidente del pueblo y para el pueblo.

Su política en mayúsculas, ni de derechas ni de izquierdas, por la libertad y el desarrollo de los derechos humanos.

-En su discurso a la prensa pronunciado el 27 de abril de 1961 (que más adelante se reproduce) dijo: " Con la ayuda de la prensa, el hombre será lo que nació para ser: LIBRE E INDEPENDIENTE".

En 1963, antes de su muerte, pronunció las siguientes palabras:

“El poderoso despacho del Presidente ha sido utilizado para fomentar una conspiración para destruir la libertad de los estadounidenses, y antes de que abandone la presidencia debo informar a los ciudadanos sobre su destino” (John F. Kennedy)

- En su discurso a la Prensa de 27 de abril de 1961, que según se afirma, fué el que le costó la vida, defendió la transparencia, la lucha frente al oscurantismo, la libertad de la prensa y de los ciudadanos, el derecho de los ciudadanos a ser informados de forma transparente.

Se reproduce en el siguiente video: http://www.youtube.com/watch?v=ru71aSygXOk


KENNEDY, Y LA LIMITACIÓN DE PODER A LA RESERVA FEDERAL.-

El 4 de junio de 1963, Kennedy intentó quitar a la Reserva Federal de los EE.UU su poder de prestar dinero con interés al gobierno.


La Reserva Federal de los EE.UU es una empresa privada, no gubernamental, que tiene la potestad de expedir el dinero, y que algunos congresistas han calificado como un gobierno en si mismo pero en manos de intereses privados.

Firmó la Orden Ejecutiva nº 11110 que devolvió al gobierno la facultad de emitir moneda para no tener que pedir préstamos a la Reserva Federal. Concedió a la Tesorería la facultad de expedir certificados de plata respaldados por reservas de plata y minerales. Por cada onza de plata en poder del Tesoro el gobierno podría poner nuevo dinero en circulación, cerca de 4,3 millones de estos dólares fueron puestos en circulación por mandato de Kennedy.

Kennedy mediante decreto dió sentencia de muerte a la Reserva Federal. Si una cantidad suficiente de estos billetes respaldados en plata hubieran sido puestos en circulación se hubiera eliminado la demanda para billetes de la Reserva Federal porque los billetes de plata de Kennedy estaban respaldados por metales preciosos y los de la Reserva Federal por nada.

La Orden Ejecutiva 11110 hubiera impedido que la deuda nacional llegase a su nivel actual, debido a que hubiera dado al gobierno la capacidad de reembolso de la deuda sin tener que acudir a la Reserva Federal y el subsiguiente pago de intereses a fin de crear el nuevo dinero.

Varios meses después de su asesinato dejaron de imprimirse éstos billetes.

Sin embargo, el decreto nº 11110 nunca fué derogado por ningún Presidente, pero tampoco ninguno se ha atrevido a aplicarlo.

Kennedy desafió a los gobernadores a los amos del dinero y de la industria armamentística. Sus esfuerzos por replegar las tropas del Vietnam y el decreto nº 11110 perjudicaban severamente otros intereses.

En su discurso de 27 de abril de 1961, Kennedy pronunció las siguientes palabras:


Hay un gran peligro en que una necesidad anunciada de incrementar la seguridad sea tomada a cargo de aquellos ansiosos por expandir su significado " al límite mismo de la censura oficial y la ocultación".


En tiempos de “peligro claro y presente”, las Cortes han retenido los privilegios de que los derechos de La 1ª Enmienda deben ceder espacio a la necesidad pública de seguridad nacional.

Hoy en día no se ha declarado la Guerra y, a pesar de la dureza del esfuerzo, quizá nunca se declare según las formas tradicionales. Nuestra forma de vida está amenazada.

No se ha declarado ninguna guerra, no hay tropas avanzando sobre fronteras, no se han disparado cohetes.


Nunca ha habido una guerra que planteara una amenaza mayor a nuestra seguridad.

Si están esperando que surja un “peligro claro y presente”, entonces, solo puedo decir que el peligro nunca ha estado más claro y su presencia nunca ha sido más inminente.


S
us decisiones son ocultas, no se publican. Sus errores son enterrados, no aparecen en titulares. Sus disidentes son silenciados, no celebrados. No hay gasto que se cuestione, no hay rumor que se imprima, no hay secreto revelado. Gestiona la Guerra Fría, en pocas palabras, siguiendo una disciplina que recuerda a los tiempos de guerra y que ningún sistema democrático esperaría o desearía igualar.


De cualquier forma, todas las democracias reconocen las restricciones necesarias de la seguridad nacional— y la pregunta permanece; ¿se debe observar más estrictamente estas restricciones si queremos oponernos a ese tipo de ataque de la misma forma que nos oponemos a una invasión exterior?...


Se hace una llamada para que cada ciudadano sopese sus derechos y comodidades con el bien común.

No tengo la intención de establecer una nueva Oficina de Información de Guerra para controlar la corriente de información.


Es la naturaleza sin precedentes de este desafío lo que demanda su segunda obligación; una obligación que yo comparto: informar y alertar, con la seguridad de que los americanos conozcan todos los hechos con los que necesiten contar, y también que los entiendan; sobre sus peligros, las propuestas de nuestro programa y las opciones con las que contamos.

Esta administración trata de ser franca en relación a sus errores; y es que como dijo un sabio: “Un fallo no se convierte en error hasta que no se le ha negado la corrección”.

Es nuestra intención "aceptar toda la responsabilidad por nuestros errores" y esperamos de ustedes que los señalen cuando nosotros los pasemos por alto.


"Sin debate ni crítica no hay administración ni país que pueda tener éxito, y ninguna república puede sobrevivir".


Ésta es la razón por la que el legislador ateniense Solon decretó que "sería un crimen el que cualquier ciudadano se encogiera de hombros frente a la polémica."

Por ello es por lo que nuestra prensa fue protegida por la 1ª enmienda ( la única actividad en América específicamente protegido por la Constitución ) no precisamente para que deleitara o entretuviera, ni para que enfatizara lo trivial y lo sentimental, y no para que simplemente “diera al público lo que éste quiere”; sino para informar, para provocar, para reflejar, para pronunciar nuestros peligros y nuestras opciones, para indicar nuestras crisis y nuestras oportunidades, para liderar, moldear, educar y, a veces inclusive, agitar la opinión pública.


Esto implica una mayor cobertura y análisis, una atención para mejorar el entendimiento de las noticias al igual que mejoras en su transmisión.


Implica, finalmente, que " el gobierno, a todos los niveles, debe cumplir con su obligación de proveerles con la mayor cantidad de información posible" fuera de los estrechísimos límites de la seguridad nacional; lo que es nuestra intención.


- Para quién tenga interés en profundizar en la turbia trama del asesinato de Kennedy, y en los acontecimientos anteriores y posteriores, y el juego de la falsa democracia, puede hacerlo en el siguiente video:



http://www.youtube.com/watch?v=uFrNE1FQqs0


domingo, 13 de septiembre de 2009

CADENA PERPETUA.-



















Comenzaré diciendo que la cadena perpetua no permite expectativas futuras de libertad.

Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la " reeducación y reinserción social" y no podrán consistir en trabajos forzados, es lo que establece el artículo 25 de nuestra Constitución.

El condenado en prisión además "gozará de sus derechos fundamentales", excepto de los que se vean limitados por la condena y los que establezca la ley penitenciaria.
El preso tiene derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios de la Seguridad Social, al acceso a la cultura y al "desarrollo integral de su personalidad".

Cualquier pena que no esté orientada a los fines de reinserción y educación seria inconstitucional.

La cadena perpetua no admite la posibilidad de reinserción, es por ello que no tiene cabida en nuestro ordenamiento jurídico.

Aunque Kant y Hegel contemplaban la pena como el castigo por el delito cometido sin más finalidad, los defensores de la prevención especial quisieron superar el aspecto meramente retributivo e intimidatorio y apostar por su eficacia educativa y de integración social.
Estos postulados, alcanzaron su mayor desarrollo en los años setenta, pero en la actualidad existe un retroceso.

El Tribunal Constitucional en diversas sentencias (28/1988 de 23 de febrero, 72/1994 de 3 de marzo, 75/1998 de 31 de Marzo...) estableció que no puede haber penas privativas de libertad que por su duración obstaculicen la reeducación y reinserción social.

Como consecuencia de lo anterior, aunque la pena de prisión cumplida no haya conseguido alcanzar el fin de la reinserción social no se vulnera el precepto constitucional relativo a los fines de la reinserción. En la práctica, es más que discutible si realmente se consiguen los fines de reinserción social en las prisiones.

No es fácil delimitar, de forma objetiva, cuándo o en que supuestos se entiende cumplido ese objetivo.

Una gran parte de los delitos son consecuencia de la grave adicción, a la droga o al alcohol, del autor. Otros lo son por motivos de penuria económica o por enfermedad mental. Esto, nos ha de llevar a reflexionar sobre la forma adecuada de encauzar la reinserción social e implantar alternativas a la prisión.

Sin entrar a valorar casos concretos, y delitos de especial gravedad, terrorismo, asesinatos en serie, la medida de internamiento en una prisión no parece acorde, en muchos casos, con los fines expuestos. Seria más humanitaria y coherente la medida de tratamiento médico especializado, para deshabituación de las adicciones y para los enfermos mentales, y un tratamiento educativo y psicológico añadido.

En definitiva, de lo que se trata, es de que determinados delitos cometidos por causa de grave adicción o enfermedades reversibles no vuelvan a repetirse, a la salida del internamiento o tratamiento, motivados por hallarse el penado en la misma situación anterior.

También, determinados supuestos, han de ser tratados desde una óptica e intervención social, real y efectiva, como serian los casos de personas con enfermedades mentales, minusvalias psíquicas, conflictos y malas relaciones familiares, que se suelen encajar como delitos de malos tratos en el ámbito familiar o parental siendo penalizados con la pena de prisión.

En Italia y Alemania la cadena perpetua existe, pero en ambos casos se trata de una perpetuidad simplemente formal ya que se permiten las excarcelaciones a través del indulto y de la libertad condicional después de cumplir periodos que van desde los quince hasta los veintiséis años.

En el IX encuentro de Servicios de Orientación Jurídica-Penitenciaria de los Colegios de Abogados de España, año 2007, se llegó a la conclusión de que el cumplimiento de una condena privativa de libertad superior a 15 años produce "efectos físicos y psíquicos irreversibles en las personas", por lo que nadie debería superar dicho limite de cumplimiento.

Numerosos juristas y catedráticos de Dº Penal se han pronunciado en el mismo sentido considerando que las penas privativas de libertad superiores a los 15 años pueden provocar la desestructuración de la personalidad del sujeto.

En el II Encuentro Europeo de Juristas en materia penitenciaria celebrado en Viena en 2006, entre sus conclusiones se consideró también que el período de internamiento de los reclusos no debe ir más allá de los 15 años, porque el deterioro que la cárcel produce a los presos hace prácticamente imposible su reinserción social.

Julian Rios Martín, profesor de Derecho Penal, en su artículo titulado: “Reflexiones sobre la Ley 7/2003. El incremento de la violencia punitiva” manifiesta que desde la experiencia se afirma que cuando una persona sufre un encierro penitenciario de más de 15 años, la destrucción como ser social, relacional y emocional es una realidad.

En el Cuaderno IV de Formación Penitenciaria de Cáritas Española, se plasma el consenso generalizado entre los especialistas que mantienen que un tiempo de reclusión superior a los 15 años provoca consecuencias de orden psíquico y social que hacen incierta o imposible la reintegración a la vida social.

Criminólogos y juristas participantes en el IV Congreso Nacional de Criminología celebrado en el año 2007 en la Universidad de Málaga abogaron por aumentar las penas alternativas a la prisión, porque ofrecen más garantías para la reinserción social de los delincuentes.

La presidenta de la Sociedad Española de Investigación de Criminología, Ana Isabel Cerezo, manifestó que hay estudios científicos que "revelan" que con las medidas alternativas a la pena de cárcel, como trabajos a la comunidad o la localización permanente del procesado, "hay una tendencia a reincidir menos".
En este sentido una prisión respetuosa con la finalidad resocializadora ha de neutralizar sus efectos nocivos a través de un trato humano y contener figuras que permitan la adaptación progresiva a la sociedad fomentando la participación de los reclusos en las actividades de tratamiento entre las cuales el trabajo, las habilidades sociales y las terapias de desintoxicación cobran una especial importancia; en este sentido se puede decir que la prisión difícilmente puede educar pero al menos no debe desocializar.

Cerezo apostó por la mediación penal para llegar a una solución antes del juicio, como se aplica en delitos de tentativa de homicidio e incluso de agresiones sexuales en Reino Unido y los países nórdicos. "Se trata de buscar una solución práctica entre el delincuente y la víctima antes de que intervenga el derecho penal, que a veces entorpece más". En España la cifra de internos en los centros penitenciarios crece, mientras que la tasa de criminalidad se mantiene, por lo que, a juicio de la criminóloga, "son dos cuestiones que no van en paralelo", pese a que en ocasiones se vinculen.

El subdirector general de Tratamiento en Instituciones Penitenciarias, Virgilio Valero, manifestó que "no por mucho criminalizar, van a disminuir los índices de seguridad" y apostó por una normativa basada en el principio de reinserción. La incapacidad de las comunidades y los municipios de resolver los problemas sociales hace que Instituciones Penitenciarias sea el cubo donde se depositen todo tipo de perfiles que no encajan, indicó Valero, que advirtió de que "no sube el índice de delitos con las salidas programadas de reclusos".

La Subcomisión de Derecho Penitenciario del Consejo General de la Abogacia Española, reunión celebrada el 27 de junio de 2007, acordó en relación a las recientes movilizaciones de ciudadanos que solicitan la instauración de la cadena perpetua motivadas por la comisión de gravísimos hechos delictivos, realizar la siguiente declaración:

“Manifestar nuestro total rechazo a la posibilidad de introducir, en la legislación española, la cadena perpetua, por ser contraria a los artículos. 10, 15 y 25 de nuestra Constitución. Así mismo, manifestamos que las reformas legislativas y, en especial, las del ordenamiento penal no pueden encontrar su justificación en la alarma social que producen determinados hechos delictivos, por más graves y repulsivos que sean, y mucho menos como consecuencia de su repercusión mediática”
Actualmente, los penados, por imposibilidad de acumulación de las penas, conforme a las reglas de artículo 76 del Código Penal o del artículo 70.2 del anterior Código de 1973, cumplen condenas superiores a los cuarenta años, respecto del primero de los códigos y de treinta respecto del segundo, que de facto constituyen verdaderas cadenas perpetuas, que se están cumpliendo en su total integridad.

El catedrático Quintero estima que " cuarenta años de condena sin beneficios penitenciarios equivale materialmente a la reclusión perpetua".

Antonio Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional, entiende que tendría mejor lectura restringir las condiciones para obtener beneficios, pero negarlos parece inconstitucional. No poder reducir la pena a menos de cuarenta años sería inconstitucional, por no permitir la reinserción.

El constitucionalista Antonio Rovira, opina que "Las penas no tienen que ser crueles para ser intimidatorias".

Ante encarcelamientos tan prolongados, el Tribunal Supremo en numerosas sentencias se pronuncia en el sentido de limitar la duración de la pena de prisión:

" Cuarenta y ocho años de prisión es excesivo por eso hay que ajustarlo al humanitarismo penal y a la prohibición de tratos inhumanos y degradantes" - STS 23.1.2000 -

"Penas tan largas ni se dirigen a la prevención general, ni a la prevención especial, por lo tanto hay que acudir a los mecanismos penitenciarios para evitar una pena similar a la cadena perpetua" -STS 7.3.2001-

Nuestro Código Penal, también contempla la sustitución de la pena de prisión y la suspensión de la ejecución de la pena, exigiendo la no habitualidad en el primer caso -art.88- y la primariedad delictiva en el segundo -art.81- y en ambos casos que se trate de penas de corta duración: Hasta 1 año regla general o 2 años excepcionalmente en el primer caso, y hasta 2 años con la excepción de drogodependientes que puede llegar a 3 años en el segundo caso.

También se contemplan el indulto, la concesión del tercer grado o la libertad condicional. La concesión del indulto es una medida discrecional de competencia del Gobierno.
La concesión del tercer grado y de la libertad condicional se restringieron con la reforma de la ley 7/2003.

La profesora de Derecho Penal Vicenta Cervelló, manifestó que la libertad condicional se ha visto seriamente perjudicada con las últimas reformas ya que, aunque mantiene los mismos requisitos legales (clasificación en tercer grado, 3/4 cuartas partes de la condena cumplida, buena conducta y pronóstico de reinserción) a los dos últimos les dota ahora de un contenido normativo que se aparta notablemente de su sentido criminológico al asociarlos al pago de la responsabilidad civil, abandono de la violencia y colaboración activa con las autoridades en los mismos términos exigidos para el tercer grado.
Estas reformas no siguen el principio orientador de la reinserción social ya que además de marginar los informes emitidos al respecto por los profesionales de la conducta, supone una visión materialista de la progresión del condenado que tampoco no respeta su fuero interno exigiéndole un posicionamiento que le puede poner en peligro y que no garantiza nada por tratarse más de símbolos que de actos externos.
Por todo ello una ejecución dirigida a la resocialización debe potenciar las posibilidades de excarcelaciones anticipadas como vía preparatoria a la libertad definitiva, a través de una adecuada programación de actividades de tratamiento que sirva para seleccionar a los sujetos que van dando muestras objetivas de aceptación de las normas sociales. Lo contrario conduce a un envilecimiento de la ejecución nada recomendable ya que dificultar este tipo de salidas al exterior contribuye a una mayor impregnación de la cultura carcelaria fomentando la carrera criminal.

Esta situación la definió Clemmer en su obra “The prison comunity” como prisonización, ya que en las cárceles de máxima seguridad se produce un fenómeno inverso a la resocialización al aprenderse las normas carcelarias en detrimento de las normas sociales.

domingo, 6 de septiembre de 2009

FILOSOFIA DE LA FELICIDAD.-
















Sobre la
"FELICIDAD", en las diferentes religiones y escuelas filosóficas encontramos una gran cantidad de propuestas.

La mayor parte de estas teorías afirma que para alcanzarla lo importante no es poseer cosas, sino «ser sabios», es decir, saber vivir bien.

Las grandes tradiciones éticas coinciden en señalar que no puede haber "felicidad auténtica" si no vivimos de una forma moralmente buena.

- Para
ARISTÓTELES la felicidad "reside en la sabiduria".

La felicidad sólo se puede lograr desarrollando al máximo nuestras capacidades, es decir, practicando las virtudes, especialmente la prudencia.

Sólo la persona prudente puede acertar con la conducta adecuada para cada situación, obteniendo así el máximo de felicidad posible en el conjunto de su vida.

- La felicidad en el
BUDISMO sólo se alcanza "cuándo el alma se ha librado de todo deseo".

Se logra por medio de técnicas de meditación.

El budismo invita a llevar una vida sobria, armoniosa y virtuosa, sin excesos de ningún tipo.

Propugna que no es más feliz el que más tiene, sino el que desea menos cosas.

- Para el
EPICUREÍSMO, la felicidad "consiste en gozar inteligentemente de los placeres de la vida, evitando el dolor".

Recomienda gozar de los placeres con moderación, y cultivar especialmente la amistad, la lectura, la conversación y otros placeres semejantes.

- Para el
ESTOICISMO (nacido en el año 335 a.C.), el único camino que conduce a la felicidad consiste en "ser capaz de no alterarse por los altibajos de la fortuna".

Los estoicos creían firmemente en el destino, en que la Naturaleza ha dispuesto sabiamente todo cuanto ha de sucedernos. Por ello, proponen aceptar de buen grado los acontecimientos que nos van sucediendo sin que perturben la tranquilidad de ánimo.

Para ellos la felicidad es, pués, un estado de imperturbabilidad, una paz interior que se alcanza con el ejercicio del autodominio.

- Para el
CRISTIANISMO, el componente fundamental de la felicidad es " el encuentro amoroso con Dios y con el prójimo".

El egoísta, el que utiliza a las demás personas en su propio provecho, acaba desgraciado. Mientras que el que se abre a Dios y a los demás hombres, los quiere por sí mismos y vive solidariamente, alcanza la felicidad, que se prolonga en la vida eterna.

-
El UTILITARISMO sostiene que lo moralmente correcto es "fomentar el mayor placer posible para el mayor número de seres dotados de sensibilidad, tanto personas como animales".

Los utilitaristas entienden que la felicidad incluye una gran variedad de experiencias agradables, entre las cuales destacan las relaciones amistosas y los actos altruistas, que tienen su raíz en el sentimiento de simpatía.

-La felicidad como
AUTORREALIZACIÓN EN LIBERTAD.

Las éticas contemporáneas de inspiración kantiana (Rawls, Apel, Habermas, y otros) consideran la felicidad como un tema de
"autorrealización personal, que cada cual ha de resolver atendiendo a sus propias capacidades, deseos, y posibilidades."

-
SCHOPENHAUER considera a la " alegría como un fin en sí misma."

Siempre que estemos alegres, dice, no debemos reflexionar sobre si tenemos o no motivo para estarlo, estar alegre es motivo suficiente. La alegría siempre se debe preferir sobre cualquier otro bien, aunque sin salud es difícil la alegría. Recomienda, pués, buscar la salud.

Cuándo la satisfacción va creciendo hasta convertirse en alegria, el cambio de satisfacción a alegría se da comúnmente sin necesitar de ningún motivo exterior.

El motivo exterior, la causa circunstancial de nuestra tristeza, no es más que un catalizador o un detonador que concentra el dolor correspondiente a nuestra naturaleza en torno a un suceso determinado.
Así no le damos importancia a las muchas carencias que nos aquejan, sino sólo a una que nos roba toda la atención.

Siempre hay una inquietud dominante que es la que nos agobia, y una vez que ésta es colmada o superada, llega a ocupar su puesto rector una que antes nos pasaba inadvertida.

Para Schopenhauer es claro que después de un gran regocijo siempre viene una gran miseria. Un estado de alegría duradero es imposible.

La existencia del individuo está limitada solamente al momento actual, al presente escurridizo, que en un continuo fluir al pasado, sólo avanza hacia la muerte. Este vivir del hombre, este fluir constante, es un morir insistente.

La felicidad siempre la vemos en el futuro o en el pasado, nunca en el presente, como los espejismos que se forman en las carreteras, nuestro camino nunca llega a ellos.

Vivimos concentrados en el futuro y dándole poca importancia al presente. Esperando algo mejor y lamentándonos por el pasado. Al final de nuestra vida nos damos cuenta de que hemos dejado pasar nuestra vida.

La miseria intrínseca al mundo nos hace ver la absurda hipótesis de que éste mundo es creación de un dios perfectísimo.

Por otra parte, si pensamos que los males del mundo son responsabilidad de la evidente imperfección humana, considerando así, el mal como algo inherente al hombre y por lo tanto al mundo, tenemos que aceptar que sería absurdo esperar que algún día el mundo fuera mejor.

- La felicidad en
LEIBNIZ.

Decia que este mundo es el mejor de los mundos posibles, idea que a Schopenhauer le retorcía el hígado, y que atacó durante toda su vida.

Leibniz dijo que amar es encontrar en la felicidad del otro tu propia felicidad.

Sostenia que los hombres podrian ser incomparablemente más felices de lo que son, y que podrian, en poco tiempo realizar grandes progresos en incrementar su felicidad si estuvieran dispuestos a hacer lo que deben y aprovechar los excelentes adelantos que habia conseguido el hombre, entregándose a ellos de la mejor forma posible y no haciendo nada más que lo que se debe hacer el hombre conseguiria ser más feliz.

- La felicidad en
BELTRAND RUSSELL.

En 1930 publicó
"La conquista de la felicidad" , aún hoy dia es una de las obras más leídas. Russell construye un plan para deshacerse de las principales causas de la infelicidad, dando cabida al afecto y, sobre todo, al sentido común.

Considera que
" evitar la perpetuación de la pobreza es necesario", los beneficios de la producción industrial han de favorecer a los más necesitados. Pero, se pregunta ¿de qué serviría hacer rico a todo el mundo, si los ricos también son desgraciados?

La educación en la crueldad y el miedo es mala, pero los que son esclavos de estas pasiones no pueden dar otro tipo de educación.

Estas consideraciones nos llevan al problema del individuo: ¿qué puede hacer un hombre o una mujer, aquí y ahora, en medio de nuestra nostálgica sociedad, para alcanzar la felicidad?

Al discutir este problema, limitaré mi atención a personas que no están sometidas a ninguna causa extrema de sufrimiento extremo.

Daré por supuesto que se cuenta con ingresos suficientes para asegurarse alojamiento y comida, y con salud suficiente para hacer posibles las actividades corporales normales.

No tendré en cuenta las grandes catástrofes, como la pérdida de todos los hijos o la vergüenza pública. Son cuestiones de las que merece la pena hablar, y son cosas importantes, pero pertenecen a un nivel diferente del de las cosas que pretendo decir.

Mi intención es sugerir una cura para la infelicidad cotidiana normal que padecen casi todas las personas en los países civilizados, y que resulta aún más insoportable porque, no teniendo una casa externa obvia, parece ineludible.

Creo que esta infelicidad se debe en gran medida a "conceptos del mundo erróneos", a éticas erróneas, a hábitos de vida erróneos, que conducen a la destrucción del entusiasmo natural. Ese apetito de cosas posibles del que depende toda felicidad, tanto la de las personas como la de los animales.

Se trata de cuestiones que están dentro de las posibilidades del individuo, y me propongo sugerir ciertos cambios, mediante los cuales, con un grado normal de buena suerte, se puede alcanzar esta felicidad.

El que ha conseguido
"liberarse de la tiranía de las preocupaciones" descubre que la vida es mucho más alegre que cuando estaba perpetuamente irritado. Las idiosincracias personales de sus conocidos, que antes le sacaban de quicio, ahora parecen simplemente graciosas.

Si se le rompe el cordón del zapato justo cuando tienes que correr para tomar el tren de la mañana, pensarás, después que el incidente en cuestión no tiene demasiada importancia en la historia del cosmos.

Si un vecino pesado te interrumpe cuando está a punto de proponerle matrimonio a una chica, pensarás que a toda la humanidad le han ocurrido desastres semejantes.

No hay límites a lo que se puede hacer para consolarse de los pequeños contratiempos.

- Para la escritora
ALMUDENA GRANDES, la felicidad "es un estado de conformidad".

Es un estado de conformidad con lo que uno es, y con la vida que uno lleva. Una de las cosas más curiosas en torno a la felicidad es, no obstante, lo desacreditada que está intelectualmente.

En una entrevista dice que de su última novela, algunos criticaron que tuviera final feliz. Si en un libro cuentas hechos horribles (un suicidio, un crimen, la violación de una hija por su padre... cosas que suceden pero no son demasiado habituales), nadie te reprocha que escribas cosas improbables, pero si cuentas una historia de amor que termina bien, enseguida te dicen que estás relatando un imposible.

Más allá del descrédito intelectual en el que se encuentra actualmente, considera que la obligación de los seres humanos es perseguir la felicidad. Es, además, el sentido de la vida, el principal objetivo. Todo lo que nos pasa no es más que un precio que pagamos buscando ese objetivo.

- Para
LUIS ROJAS, la felicidad " es real".

Considera que la felicidad no es un mito, es un sentimiento placentero que acompaña a la vida personal. Un sentimiento que dependiendo de la persona provoca emoción intensa, placer, o lo que se llama paz interior o del espíritu.

- Para
ENRIQUE ROJAS, la felicidad consiste en "estar en paz con uno mismo y con los demás".

En su Teoria sobre la Felicidad explica que la coherencia es el puente levadizo que nos lleva hacia el castillo de la felicidad.

Hay que aspirar a una felicidad razonable, realista, sin utopía, la cual se alcanza sacándole a la propia existencia el máximo jugo posible. La felicidad no es el pájaro en mano, sino los cientos volando que van de aquí para allá.

Para el psiquiatra
CARLOS CASTILLA DEL PINO, la felicidad es "sabiduria".

Hay una alternativa racional, que tiene una larga tradición en la filosofía occidental y también en la oriental, el de la sabiduría.

Dicho más claramente, la felicidad desde la sabiduría.

Creo que hay que reivindicar, en este mundo actual de sabedores, a veces sabedores eminentes, pero no de sabios, lo que es la sabiduría: saber quién se es para así vivir de acuerdo a sus preferencias, y construirse una vida como hábitat confortable.

Para el filósofo español
GUSTAVO BUENO la felicidad es "una de las ideologías más poderosas de nuestro tiempo".

Forma parte de un proyecto ideológico relacionado con las exigencias de lo que llama la «sociedad de mercado pletórico».

Afirma que quienes aseguran que son felices repiten las fórmulas y consejos de los llamados libros de autoayuda que se venden a millones y contra los que escribió su libro el «El mito de la felicidad», en el que analiza, clasifica y tritura la idea de felicidad.

Este autor también de " El mito de la izquierda y Terrorismo",y "Guerra y globalización", denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín.

Desde entonces, dice, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar».

Expresa que los que confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño».

«Ahora ser feliz es un deber, comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», en la medida en que éstos dicen haber conseguido la felicidad cuando emulan o han igualado los bienes de consumos de los poderosos.

En todo caso, reconoce que «la felicidad es un concepto muy difícil de delimitar».
En la actualidad, se observan evidentes contradicciones sociológicas respecto al tema de la felicidad.

En un informe, se concluye que los jóvenes españoles son los que muestran el grado de felicidad más alto de Europa y al mismo tiempo aparecen con el más bajo índice de lectura y el más alto porcentaje de fracaso escolar. ¿No estaríamos ante una demoledora paradoja?

Para el filósofo
JAVIER ECHEVARRIA la felicidad es "una utopia".

Entiende que la felicidad es un mito que forma parte del deseo humano de completud, del deseo de encontrar la satisfacción completa. Pero el hombre es un ser escindido entre el bien y el mal, y ante esa escisión sólo cabe buscar el máximo bien, algo que siempre será un fin irrealizado.

Como leibniziano, cree que hay que pensar también el mal, no sólo el bien.
Hay que pensar también la desdicha y la desgracia.

Forma parte de la labor del filósofo. Nunca se da lo uno sin lo otro. Sin mal no hay bien, y viceversa.


Fuentes:
La conquista de la felicidad.- Bertrand Russell
Entrevista a Almudena Grandes publicada en internet

Obras y estudio de autores

Fundación Gustavo Bueno, http://www.fgbueno.es/