lunes, 7 de junio de 2010

El deseo de tu corazón.-





Un viejo adagio afirma:

“Dios tiene un plan para todo hombre, y también tiene uno para ti”.



El verdadero problema, por tanto, el ÚNICO problema es encontrar el verdadero lugar en la vida.



Logra eso, y todo lo demás vendrá casi automáticamente.



Serás plenamente feliz; y con la felicidad vendrá la salud.



Tendrás todos los recursos que requieras para hacerle frente a tus necesidades, lo cual significa que alcanzarás la liberación perfecta, ya que la pobreza y la liberación no pueden ocurrir al mismo tiempo.



Dios no te ha hecho sin un propósito preciso.



No podría suceder que Dios creara una entidad espiritual como lo eres tú sin un propósito determinado, un puesto especial para ti.



Sea cual fuere dicha posición, sólo hay una persona que puede ocuparla cabalmente.



Pero, ¿cómo encontrará uno su verdadero puesto en la vida? ¿Existe un método mediante el cual puede descubrirse qué es en realidad lo que Dios desea que uno haga?

La respuesta es divinamente sencilla.



De hecho, Dios mismo ya te ha susurrado al corazón qué es esa cosa maravillosa, nada menos que lo que se denomina el deseo de tu corazón.



El deseo más secreto y sagrado que está bien profundo en el fondo de tu corazón, eso es justamente lo que Dios está deseando que tú hagas o seas para él.



Y el nacimiento de ese maravilloso deseo en tu alma era la voz de Dios mismo diciéndote que te levantaras y subieras más porque él te necesita.



“Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón.” (Salmo 37:4)

Rafael A. Hurtado Silva