jueves, 1 de julio de 2010

Crisis global y Cabalá.-

Hoy en día, una conversación casual en el tren, o tal vez con un compañero de trabajo o con algún conocido, tiende a expresar nuestra preocupación sobre el mundo en crisis. Nuestro diálogo puede comenzar con una discusión sobre el costo del transporte, el precio del almuerzo, o la falta de mejores trabajos, pero inevitablemente nos conduce a preocupaciones mayores: preservantes artificiales, dolencias y enfermedades, una economía en decadencia, catástrofes naturales, y guerra global.

Muy frecuentemente terminamos nuestra conversación con palabras como “¿A qué está llegando este mundo?”

Los cabalistas nos dicen que todas las crisis que estamos viviendo en este mundo tienen un único objetivo: El hacernos ver que estamos fuera de balance con la fuerza general de la Naturaleza, y que debemos restaurar nuestro balance con ella. En realidad, todo lo demás en la Naturaleza existe en perfecta armonía, siguiendo el principio de amor y reciprocidad, y lo único que crea la falta de balance en nuestro mundo es el ego humano.

Pero la Cabalá también explica que el ego es nuestro atributo innato y que no podemos simplemente erradicarlo, no importa cómo ni cuanto nos esforcemos por hacerlo. Por ello, para crear ese balance vital con la naturaleza, sólo debemos corregir la forma en que usamos ese ego. Esto significa desarrollar una intención diferente en todo lo que hacemos: una intención de amor y otorgamiento, que nos permitirá crear ese balance con la fuerza general -completamente inclusiva- de la Naturaleza.

Ciertamente, no ha habido una mejor época que la nuestra para desarrollar esta intención y corregir nuestro uso del egoísmo.

En ­La Historia de Cosas con Annie Leonard nos presentan estadísticas alarmantes sobre los niveles de consumo en los Estados Unidos, y el efecto que esos niveles tienen en nuestras vidas.

Por ejemplo, sólo Estados Unidos, que constituye un 5% de la población global, ha usado un tercio de los recursos naturales del mundo en los últimos treinta años, de acuerdo a grupos ambientalistas. Es más, siendo que un 51% de las mayores economías del mundo están compuestas por corporaciones, estamos produciendo e impulsando el consumo como el mayor valor de la identidad humana en todo el globo. Pero la pregunta es: ¿Acaso el mundo se está convirtiendo en un lugar más feliz, pacífico o seguro?

La verdad es que no, y la Cabalá explica que el único motivo por el cual no somos más felices, es nuestro egoísmo humano, que es el polo opuesto a la ley de “otorgamiento” recíproco que rige en la naturaleza. Por ello, al promover nuestras intenciones y objetivos egoístas, sólo profundizamos la crisis global, prolongando así nuestro sufrimiento.

Nuestra experiencia demuestra que incluso cuando desarrollamos métodos para resolver la crisis, éstos resultan ser inútiles y los problemas sólo empeoran. Eso ocurre porque eventualmente debemos entender que no podemos realizar un cambio positivo mientras permanezcamos sometidos a nuestra presente naturaleza: el egoísmo humano no corregido.

No cabe duda que estamos llegando a entender que nuestro mundo está en crisis. Pero únicamente cuando estemos dispuestos a adherirnos a la ley de otorgamiento de la Naturaleza, podremos realmente comenzar a resolver la crisis. Para hacerlo, es indispensable aprender cómo usar nuestra naturaleza correctamente, y es de eso que la Cabalá se ocupa.

Bnei Baruj