No es lo negativo transmitir en que estado se encuentra una situación.
Lo negativo es negar la realidad, mentir sobre una situación y manipular psicológicamente a la población.
Y la negativa se deriva de la propia actuación del transmisor, que en ejercicio del poder y con absoluto menosprecio por los ciudadanos,construye castillos de naipes que tarde o temprano se derrumban sobre su falacia.
Ocurre que la verdad disfrazada es disfraz, y el que no vislumbra en su interior se queda en la superficie de la que nos adjudicamos y a la que delegamos nuestra interior irresponsabilidad.
No es más que la malignidad que ora sí u ora no contempla el momento de su receptividad kármica tal cuál ya se va vislumbrando.
Las casas viejas, obsoletas y basadas en la mendacidad y en la malignidad ruinógena han de pasar previamente por su derribo.
No queremos, pués, ni pretendemos parches o reformas , lo necesario es lo evidente y lo evidente reza que hay que construir nuevos edificios, con bases más sólidas, con materiales de mejor calidad y elaborados con respeto al medio ambiente y humano.
Se requieren personas rectas, con principios, nada de inferioridades ni majestades superiores, gente corriente, ciudadanos que no de sonrisas fingidas.
Una sociedad con capacidad de discernimiento es el temor del mal – gobernante.