viernes, 4 de febrero de 2011

Reflexiones filosóficas de Ghandi.-


Mahatma Gandhi

Entre los grandes teóricos que modificaron la configuración política e ideológica del mundo en el siglo XX, figura este hombre de austeridad inflexible y absoluta modestia, que se quejaba del título de Mahatma ('Gran Alma') que le había dado, contra su voluntad, el poeta Rabindranath Tagore. En un país en que la política era sinónimo de corrupción, Gandhi introdujo la ética en ese dominio a través de la prédica y el ejemplo.

Vivió en una pobreza sin paliativos, jamás concedió prebendas a sus familiares, y rechazó siempre el poder político, antes y después de la liberación de la India.

Este rechazo convirtió al líder de la no-violencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos.

Su padre, Karamchand Gandhi, era el primer ministro de Porbandar y pertenecía a la casta de los banias, mercaderes de proverbial astucia y habilidad en el comercio.

Estudió Derecho en la universidad de Londres. Regresó a la India después de lograr su licenciatura para ejercer la abogacía en Inglaterra.

Trató de establecerse como abogado en Bombay, pero no tuvo mucho éxito, pues en aquel entonces la profesión de abogado estaba sobresaturada y Gandhi no era una figura dinámica en los tribunales.

Regresó a Rajkot ejerciendo la modesta labor de preparar peticiones a litigantes. Tuvo que dejar esta tarea tras un altercado con un oficial británico en un incidente en el cual trató de abogar por su hermano mayor.

Su determinación, pensamiento y reflexiones dejaron una profunda huella en la historia. Algunas de sus reflexiones más destacadas:

- Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.

- Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.

- En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.

- No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.

- La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Qué otro libro se puede estudiar mejor que el de la Humanidad?

- Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.

- El capital no es un mal en sí mismo, el mal radica en su mal uso.

- Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

- Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

- Ante las injusticias y adversidades de la vida... ¡calma!.

- El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.

- Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.

- No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.

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