miércoles, 20 de enero de 2010

Protección de la maternidad y natalidad. Finlandia

Se estima, según estudios realizados, que el actual sistema de pensiones y Seguridad Social no podrá sostenerse, ya que teniendo España una de las tasas más bajas de natalidad del mundo, en el año 2030 - y no estamos tan lejos-, habrá un jubilado por cada trabajador en activo.

Nada de ésto es de extrañar . En nuestro pais la teoria y la legislación en materia de conciliación laboral y familiar a la hora de la verdad queda en papel mojado, como otras tantas materias.

España es el pais europeo en el que más horas se echan en el trabajo, y en contraposición tiene los salarios más bajos, y el trabajo en general es precario ,lo que obliga a tener que salir a trabajar a ambos cónyuges o integrantes de la pareja si es que tienen oportunidad para ello.

Por otra parte, en España - como sabemos- no existe un apoyo real y efectivo a la familia y la natalidad, aunque paradójicamente si que parece haberlo para abortar.

La escasez y precariedad laboral, también económica, y el oscuro futuro de nuestra juventud, aún más pronunciada hoy dia, unido a la desprotección absoluta en la que quedan las madres separadas o divorciadas con hijos a cargo ( máxime cuándo no perciben pensiones alimenticias para el cuidado de los hijos, y además no tienen trabajo o no pueden acceder al mismo bien por edad, bien por su falta de preparación o estudios, o bien porque es escaso, etc.. ) contribuyen pués a tener una de las tasas de natalidad más bajas del mundo.

Y es que cómo sabemos España dista mucho de ser ese pais que desde los estratos de la política se nos quiere transmitir como idílico. Dista mucho de ser esa sociedad del bienestar de que tanto se llenan la boca muchos políticos de turno, y dista mucho de ser proteccionista con sus familias, y por ende con la natalidad que es el futuro de toda civilización. Las ayudas a la familia son casi inexistentes, y la teoria se ve superada en la práctica.

A propósito de todo ésto, y de lo que muchos ciudadanos venimos quejándonos desde hace tiempo, resulta interesante el artículo publicado por Elsa Punset, titulado: " Finlandia es una sociedad coherente" que a continuación expongo por considerarlo una buena referencia para ésta reflexión:

"Cada día somos más conscientes de que los ámbitos sociales, educativos y familiares tienen que actuar de forma coordinada y coherente para conseguir avances sociales positivos.

Pero resulta que algunos países nos llevan una ventaja vertiginosa en la aplicación de esta verdad.

Por ejemplo, Finlandia, un país que se cita como ejemplo de excelencia educativa en todo el mundo.

Este excelente artículo comparaba hace un tiempo las formas de afrontar los problemas educativos, sociales y familiares en Finlandia y en España. Algunas de sus implicaciones resultan realmente interesantes, y quisiera destacar al menos dos de ellas:

1. Los finlandeses tienen una altísima tasa de divorcios.

Es decir que apoyan, como en España, la libertad de los adultos para hacer y deshacer sus parejas. Pero en Finlandia, el Estado asegura una enorme seguridad y estabilidad económica a las familias, especialmente a las madres solas con niños, para que no sean los niños los que paguen la libertad afectiva de sus progenitores con una merma de su calidad de vida y una disminución de su igualdad de oportunidades. Esto no ocurre en España. Aquí, tras el divorcio, subyace el “sálvese quien pueda”. ¿No les parece justo y coherente que si una sociedad quiere asegurar la libertad afectiva de los adultos, no lo haga a costa de los niños?

2. En Finlandia, el 90% de las madres con hijos trabajan.

El Estado invierte en educar a todos sus ciudadanos, y especialmente a las mujeres, porque reconoce que eso beneficia claramente a las generaciones más jóvenes. Es un dato científicamente comprobado a lo largo de décadas por muchos países, entre ellos España, pero los finlandeses se lo creen de verdad y lo demuestran con políticas de conciliación laboral y familiar, de natalidad y de maternidad compatibles con la vida personal y familiar, que aseguran tiempo a los adultos para dedicar a todas las facetas de la vida. De paso, evitan también la sensación de indefensión y de sobrecarga laboral y económica que asumen las familias, y especialmente las mujeres, en España. No debería sorprender a nadie que solo un 15% de las familias españolas se consideren responsables prioritarios de la educación de sus hijos: reflejan abiertamente lo que las normativas y las costumbres sociales laborales dictan implícitamente, al enfrentar las funciones económicas con las familiares y primar sin concesiones las primeras.

Más claro el agua: Finlandia tendrá sus problemas (y los tiene, como el alto nivel de suicidios que se le reprocha siempre y que sería interesante analizar). Pero al menos se cree lo que predica y obtiene por ello algunos resultados sobresalientes y merecidos: cree en la importancia vital de educar a sus ciudadanos, y cree en fomentar una sociedad transparente donde la igualdad de oportunidades sea algo real, y no una propuesta políticamente correcta pero vacía, algo que se dice pero que no se hace, que no encuentra apoyo real ni las en las costumbres sociales imperantes ni en tantas leyes que redactan quienes en realidad no terminan de creérselas ni de asumirlas con coherencia y valentía."