jueves, 4 de agosto de 2011

El alma edifica.-



El alma edifica lo que se le ha enseñado a esperar. Lo que ardientemente anhelamos, y en conseguirlo ponemos todo nuestro esfuerzo, se convierte, tarde o temprano, en realidad.



La PACIENCIA suele ser un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces.



"¿Quién puede aclarar el agua barrosa?”, preguntaba el sabio chino Lao Tsé, hace veintiséis siglos. "Si la dejas, se aclarará por sí misma".



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